martes, 11 de mayo de 2010

The hikikomori, jóvenes invisibles

....Hace dos días vi una serie de cortos titulada "Tokyo!", tres productos de distintos directores. En todos queda expuesto el problema del hacinamiento, como se sabe Tokyo es una ciudad sobrepoblada y de poca extensión. También se denuncia la intolerancia hacia el que no piensa igual y ciertos requisitos para vivir y ser aceptado en dicha capital: la ambición, las ansias de superación, en una palabra el exitismo, sin los cuales no se es nadie, y si no se es nadie mejor recluirse, aislarse de una sociedad segregacionista que insiste en exigir lo mismo de todos aunque no todos estén dispuestos a darlo y no a todos les sea factible conseguirlo.
....El primer corto muestra la impotencia de una mujer que es descalificada por las personas que la rodean, el sentimiento de inutilidad que la embarga antes de que ella misma pudiera siquiera demostrar sus facultades o se diera acaso el permiso de averiguar qué es lo que desea y a qué aspira. Me pareció buen film.
....El segundo, un poco largo, lento y redundante para mi gusto, trata de un inadaptado que vive en el sistema de cloacas y sólo sale a la superficie para causar pánico en los habitantes prejuiciosos de la ciudad.
....El último, traducido The host, un drama que desarrolla la vida de un individuo literalmente recluido en su casa, aislado de la sociedad que dice: con dinero y un teléfono se puede hacer cualquier cosa, refiriéndose con esto a que no hace falta salir del hogar para conseguir viveres o cualquier otra cosa que precisara. Se trata de una persona que vive en el más absoluto silencio y soledad, adepta al delivery, introvertida y que ha perdido las habilidades sociales debido al encierro. Se denomina a sí misma, en una oportunidad, con el término hikikomori. Pensé, durante el transcurso del film, que se trataría de alguna especie de doctrina japonesa, algún... ¿voto de aislamiento? Pero no, para mi sorpresa, hace referencia a un fenómeno que sucede sólo en Japón hasta el momento, desconocido en occidente.
....El sujeto, generalmente adolescente o joven de menos de treinta años, al sentirse sobreexigido y rechazado al mismo tiempo por ser incapaz de colmar las expectativas que recaen sobre él, asimila los tropiezos como fracasos, comienza a aislarse, poco a poco, se muestra ensimismado, deja de salir de su cuarto, pasa horas frente a la tv o jugando video juegos, su madre u otro familiar le llevan la comida a la puerta de la habitación. Si vive solo en una casa, cosa infrecuente, pero posible, se convierte en fiel cliente de deliverys y compras de envío a domicilio. Pasan los días, los meses, los años, sin que salga de las cuatro paredes de un cuarto y sin establecer contacto ni diálogo con otro ser humano, impide a cualquier persona la entrada dentro del dormitorio que habita. Le aterra el exterior, le irrita el mínimo contacto con otra persona, desconoce todo cuanto pasa extra muros. Los familiares, incapaces por lo visto de reconocer en este encierro extremado y prolongado una condición psicológica, ocultan y niegan la situación.
....He visto un muy buen documental al respecto, conciso, dura treinta minutos, pero contiene las necesarias entrevistas y explicaciones de un patrón de conducta que, aunque se presume privativo del Japón, es bueno conocer. Sólo se puede reconocer lo que se ha conocido, dicen, y sería positivo antelarse a un síndrome que, probablemente, se extienda por el mundo. Aquí están los links, está subtitulado en castellano.

The hikikomori, jóvenes invisibles

7 comentarios:

Nelson dijo...

Tienen otro problema llamado "Síndrome de París" que, al parecer, sólo aqueja a japoneses. El choque entre la realidad parisina con la idealización que tienen en mente de esa ciudad es algo que no pueden manejar y que los conduce a la depresión.
Ahora, qué lejano me siento de la cultura japonesa como para poder opinar sobre este fenómeno del hikikomori.

Druida de noche dijo...

una cultura encerrada en una caja de zapatos.. muy buenos los links
beso
druida

néstor dijo...

Me animo a decir, sin ser un especialista en el tema, que no sólo la sobre-exigencia social produce estas patologías, también contribuye el desarrollo de la virtualidad. Me ha pasado de conocer jóvenes, sobre todo, que tienen una personalidad virtual muy zafada y otra bastante disímil al tener que enfrentarse cara a cara con la gente. En fin: desafíos de un nuevo estilo de vida.

abrazo

Noelia A dijo...

Sin lugar a dudas que es así, Néstor, totalmente de acuerdo.

Óscar Martín Hoy dijo...

El fenómeno de hikikomori ya se está extendiendo a otros países. Al menos es lo que he observado en España. Los jóvenes se están acostumbrando a obtener de internet todo lo que les interesa (películas, música, incluso sexo) de tal manera que prescinden de la realidad y se crean un mundo virtual de amistades, de ocupaciones y hasta de obligaciones, como la de revisar un foro o el facebook varias veces al día. Este hábito ha llegado al punto de que usan la expresión "sal de casa" como insulto.

Anónimo dijo...

Hace años que no me siento a mirar televisión. No porque no tenga tiempo, sino porque sé que no tienen nada bueno para ofrecer.

Veré qué dicen éstos capítulos.

Saludos

J.

Noelia A dijo...

Habitantes, veo que estás bien informado del tema. Para mí es toda una novedad...