viernes, 24 de diciembre de 2010

La santa paciencia

....Fue a comprar un paquete de yerba, pero en vez de ir recto, torció hacia el stand de toallas. Hizo tour por el supermercado y terminó con el carro repleto. Tuvimos que hacer cola en la caja normal, cuando pudimos haber ido por ese paquete y despacharlo rápidamente en la caja dispuesta para pocas unidades. Luego se queja de que no llega a fin de mes y tengo que hacerle de psicóloga, escucharle todas sus insatisfacciones materiales.
....Su esposo es igual. Al rato nomás llegó, y propusimos un asado, aprovechando que estábamos los cuatro. Para eso se necesitaba ir al súper otra vez, comprar la carne y alguna bebida.
....
Agarraron para el lado de la vajilla y cargaron tazas, cacerolas, vasos y hasta una pava chiflona. Eso, después de pasar media hora en la elección de tamaños, precios y calidades. Y nosotros parados al lado esperándolos.
....Reanudamos la marcha por el mercado como una romería, a paso de penitente y con paradas de lechero. Iban con los ojos fijos en los estantes y todo les llamaba la atención y les despertaba ganas de comprar; se notaba mucho cuando se contenían de hacerlo. Y no es que nuestros compañeros hayan tenido justo la necesidad imperiosa de equipar un refrigerador famélico. No. Su carro iba lleno de objetos secundarios, cosas que pueden aplazar su compra, posponerla para cuando anden sin nosotros.
....Después, por supuesto, sacaron la tarjeta de crédito, la cual estaba atiborrada. Ofrecieron otra, y tampoco había crédito vacante en ella. Tras la tercera, que rebotó impiadosamente, no les quedó alternativa más que pagar al contado. La cajera los miró hastiada cuando empezaron con que no les alcanzaba el efectivo; comenzaron a discutir por el producto del cual se desharían. Como no se ponían de acuerdo entre dejar las pinzas de hielo o el barredor de pelusas, nos ofrecimos a contribuir con lo que les faltara; siempre nos vemos y ya tendrían oportunidad de devolvérnoslo. Resultó que, como íbamos nomás por una cosas, no habíamos cargado con más de sesenta pesos, y lo que había quedado no les alcanzaba para saldar el faltante. Así que retomaron la pelea, al frente de una cola interminable de gente: que si las pinzas Tramontina o que si el barredor de pelusas Diverot.
....Madre mía. La gente empezó a putear y a venírsele a la pobre cajera, que era novata y no sabía bien qué hacer. Con eso de que el cliente siempre tiene la razón... ¡Y hay que ver cuánta más razón tiene en los pueblos chicos!
....Hasta que la empleada de la caja vecina cerró momentáneamente su puesto para socorrer a la colega.
.... Qué pasapreguntó, con la monotonía caracterísitca de los empleados de comercio en fechas festivas.
.... No llegan con el dinero, y no deciden por cuál articulo dejarinformó la novata.
....La chica se acercó a nuestros amigos, que sostenían entre sus manos los productos del conflicto. Se los retiró con amabilidad de maestra jardinera, y los conminó:
.... Esto queda guardado en la caja por doce horas, es un favor que les hago, ya que no dejan seña.
....Se ve que doce horas después seguiría estando ella, porque no anotó los nombres de los compradores y guardó las pinzas y el quita pelusas en un recodo debajo de la caja, confiándolos a su memoria, tras retornar a su asiento y abrir nuevamente el flujo de gente.
....Rodolfo y Lía se habían quedado frustrados como alumnos a los que la maestra les ha quitado el celular por interferir con la clase. Pagaron el increíble monto de mil quinientos pesos y resolvieron irse a la casa, pues ya habían transcurrido tres horas desde que propusimos el asado, tenían todavía que comprar muchos obsequios y no les parecía adecuado almorzar a las cuatro de la tarde ¡y sin postre!

16 comentarios:

Nelson dijo...

Qué gente! Y encima no son pocos, abundan, infectan el aire. Asquerosos.

Marisa dijo...

Mi querida Noelia:

Aunque esa no haya sido tu intención, tu relato se me antoja una fábula del consumismo impuesto a estos días tan...navideños.
Muy bueno tu relato.

Un abrazo.

PD: Mera curiosidad lingüística, pero...¿qué es una pava chiflona?

Noelia A dijo...

Marisa, no tengas miedo de decirlo, era exactamente la intención. La pava es para calentar agua (no sé cual será en nombre alternativo en tu país, jaja, pero seguro la utilizas) y chiflona es una especie de pava que, al hervir el agua, te avisa emitiendo un chiflido.

Un abrazote

gamar dijo...

Odio los supermercados, por eso nunca dejo de ir.
Beso

Anónimo dijo...

Lo peor de trabajar en un supermecado en estas fechas es la irratibilidad de la gente que se cree que somo sobjetos y no empleados que estamos ahí trabajando.

Ya vendrá algún día que esté de mal humor y mande a alguien al carajo. O sea, al palo más alto del barco...

Saludos

J.

Noelia A dijo...

Gamar, juas, y sí, lo mismo hay que ir.

José, sí, sí, aunque suene agresivo, a veces parece que la gente necesitara que las manden al palo más alto del barco, o un poco más lejos también.

Abrazo

Anónimo dijo...

Compradores compulsivos, se llevan hasta lo que no les hace falta.
Una vez me comentaron de gente que hace terapia por este tema.
Digna de lástima, me recuerda, un poco, a los jugadores.

Saludos.

Palabras como nubes dijo...

Exacerbada situación, exacerbada paciencia, exacerbado monto!! :) (de 60 a 1500, hay una diferencia, no? Jajajaja) Y, como siempre, muy pero muy buena la forma de esta historia para contar la/s que está/n debajo.

Abrazo, Noe.
Jeve
y
Ruma

Noelia A dijo...

Daniel, sí, creo que existe gente que hace terapia para paliar el impulso de comprar y comprar. Una enfermedad muy de nuestra era.

Jeve y Ruma, ¿verdad que es ya el colmo? jaja Un beso

Claudia Perez dijo...

Existe gente así por doquier, es más común ver ese tipo de gente.

Visité tus tres blog y me encantaron. Ya me hice seguidora.
Cuando vuelva de vacaciones me pondré al día con tus post!

besotes

Pd. Y también soy de Córdoba, del sur de la pcia..

Noelia A dijo...

Un gusto, Claudia, bienvenida. Yo también del sur de la provincia, departamento Unión. ¡Ya veo que somos coterráneas!
Un abrazo

Lluvia azul dijo...

Me da mucho gusto que hayas recibido premios por tu labor literaria. paso a comentarte luego. te quiero mucho, he abandonao tu pagina quien sabe porque

La sonrisa de Hiperion dijo...

Recibe mis mejores de deseos para este año nuevo que se nos cae encima.

Saludos y un abrazo.

Noelia A dijo...

Peke, cosas que pasan, me alegra que pasases a saludarme, un abrazo

La sonrisa de Hiperión, gracias, compañero, mis deseos también para vos, que el año que empieza te traiga todo lo que esperas.

Saludos

Palabras como nubes dijo...

Noe, que tengas el mejor 2011!!!

Abrazo, nos leemos, nos contactamos, nos quedamos con vos :)

Jeve
y
Ruma

Lluvia azul dijo...

Me hiciste reir con este relato. No sè si decir que tiene mucho de fantastico o algo de real. ¿Porque qué es la ficción sino una realidad recreada; y la realidad una ficción de donde uno no se escapa irremediablemente?