viernes, 3 de junio de 2011

Flexibilización


....Tras la puerta entornada se oyó a la profesora renegar con una alumna. Intentaba explicarle las estructuras del latín y sus equivalencias con las funciones sintácticas del castellano. Así, le ejemplificaba los nominativos y los ablativos, los acusativos y los genitivos, a una muchacha que claramente no encontraba el objeto directo dentro del enunciado, ni el predicativo que le pedían, ni siquiera el núcleo del sujeto en el perfecto español de su carpeta.
....Claribel, que es como mi Virgilio, me echó un ojo perspicaz, me dijo que esas cosas pasan, que eran casos aislados. Así que seguimos por el pasillo, me indicó la cocina, los baños, el aula de profesores, donde no fuera yo a incursionar nunca sin llamar. Era claro que la instalación eléctrica tenía algún tipo de problemas, pues la iluminación era intermitente y de a ratos algunas luces se apagaban.
....—¿Qué año era ese?—pregunté.
....—Cuarto.
....—¿Cuarto de Lengua y Literatura? Ah, caray.
....Más adelante, en un aula chica atiborrada de bancos en desuso que se alternaban con los que todavía estaban en funcionamiento, se desparramaba una veintena de alumnos. La profesora estaba dictando una clase de verbos, les explicaba por qué les costaba reconocer los irregulares y, en especial, el verbo ser. Sucede que es un verbo que no implica ninguna acción, dijo, pero lo reconocemos porque se puede conjugar, vean: Yo soy, tú eres, él es, nosotros somos, vosotros sois, ellos son...
....Entonces, un flaquito de la primera fila, la única que se captaba tras el cristal de la puerta que observábamos, se adelantó sin quitar los ojos de los renglones que lo ocupaban.
....—¿Profesora, no es verbo? Porque, mire, yo no, tú no, él no, nosotros no, vosotros no...
....La profesora debió denegar con la cabeza seguramente, no se oyó desde afuera, quizás lo pronunció bien quedo, bien por lo bajo, o lo esbozó con la tiza en el pizarrón o con el rostro, o con la ausencia de gestos. De espaldas al grupo borró el título que había escrito Verbos irregulares, y lo reemplazó por Verboides: infinitivo, gerundio y participio. Fue como la representación universal de la involución. Se escuchó una interjección unánime de fastidio, los chicos que agitaban el líquido corrector, los que tachaban ruidosamente el título anterior y le oponían uno encima del margen o del renglón superior.
....—Y estos de qué son—pregunté a Claribel, que miraba hacia allá con una expresión de acostumbrada indulgencia—. ¿Primer grado?
....—Magisterio—me dijo, encogiéndose de hombros—. Hay que mantener cierto número mínimo de alumnos si no querés que se cierre el Instituto.
....Después me señaló un aula y me hizo entrar. No había nadie y nadie iba a venir, porque era viernes. Han adelantado el fin de semana, explicó. Luego me puso una hoja del curriculum en la mano. Debió de creerme abochornada, porque se detuvo junto a mí, tomó una lapicera y me dijo:
....—Se anotan veinte más o menos, pero después de la primera semana quedan diez, y tenés que mantenerlos.
....—¿Diez?
....—Si ves que no dan, esto no lo das.
....Tachó el texto argumentativo.
....—Si aún así...
....Tachó las oraciones coordinadas y las subordinadas.
....—Si todavía...
....Hizo una línea transversal que abarcó los tres últimos módulos, que incluían a Saussure, Van Dijk, Barthes y Jakobson.
....—¡Pero las funciones del lenguaje, las tramas..!—repliqué yo, ingenua como buena novata, cuando la línea atravesó destempladamente las tipologías.
....—Mirá, los docentes necesitamos trabajar—dijo.
....Tenía razón. La tenía. Lástima que la luz se terminara de ir, ahora sí completamente, y todo quedara a oscuras. Primero se escucharon unos chiflidos de festejo y unos trotes que bajaron las escaleras maltrechas a toda prisa. Luego unos pasos cansinos salieron a unírsenos al corredor.

11 comentarios:

Marisa dijo...

Me ha encantado tu relato, Noelia. Pones de relieve problemas del sistema educativo que, observo, son comunes a todos los países. En España, los profesores luchamos porque ese nivel de conocimiento no se rebaje a favor de unos "buenos resultados" o notas que, nos elevarían en el informe PISA pero que no mostrarían la realidad de las aulas. Tema complejo, muy complejo. Creo que la mayoría de los profesores españoles sufrimos ese "recorte" de nivel impuesto por la Administración, con el que no estamos de acuerdo y que a quien más afecta (negativamente) es al alumnado.

Te felicito por el relato. Impecable.
Un beso.

José A. García dijo...

Me pasó algo similar cuando di mis prácticas docentes el año pasado (2011) en una escuela pública de Palermo (Buenos Aires, no Sicilia)

Con todo mi idealismo preparé un programa para las doce clases que tenía que dar (siglo XX) y se lo presenté al Profesor titular del curso que se encargó, metódicamente, de tacharme un 80% de los temas. Cuando le pregunté el por qué de eso, simplemente me respondió: ''Ya te vas a dar cuenta''.

Lo peor es que tenía razón. No llegué a dar ni siquiera ese mísero 20% del temario.

La involución en el saber es permanente, y al poder le conviene.

Le encuentro cierto paralelismo con el texto que publiqué ayer viernes, en mi blog. ¿Casualidad o coincidencia?

Saludos

J.

Noelia A dijo...

Marisa, me alegra que te haya gustado el texto. Al parecer el problema es universal, es como un círculo que se repite y refracta en todos los niveles de la educación. Que si no es el Ministerio de Educ. el que recorta el programa es el propio docente, obligado por el déficit general a hacer una nivelación.

Así estamos, y algún día estaremos mejor, dijo alguien que ya no recuerdo.

Un abrazo

Noelia A dijo...

José, sí hay un paralelismo con tu cuento, te comenté al respecto. Aunque el mío hace hincapié en la educación.
Cuando uno no sabe a qué se enfrenta, no sabe a qué se enfrenta (tautología imperdonable, pero es así)
Pero lo peor es que incluso sospechando lo malo con mucha exgeración, te quedes corto.

Un abrazo

José A. García dijo...

Es cierto, me esperaba que por ser chicos de una zona medianamente acomodada de capital federal tuvieran un mínimo de interés, pero ni siquiera eso.

Ah, y donde dice 2011, debe decir 2010.

Saludos

J.

Franziska dijo...

Interesante relato de una realidad que los mayores estamos lejos de sospechar porque ¿es posible que todo essto se esté tolerando e incluso "cultivando" porque es más fácil gobernar a los ignorantes que, por añadidura se consideran informados? La información nos llega manipulada por el centro de poder correspondiente.
Algo huele a podrido, en la Comunidad de Madrid, sin ir más lejos... Puesto que la enseñanza es general y obligatoria, dejemos que se desarrolle bajo las mínimas condiciones.

¿Somos pesimistas o realistas?

Un abrazo.

Noelia A dijo...

Franziska, ¡tiempo sin pasar por tu blog!
Exactamente como decís, tal cual y sin dudas.
Mirá, Saramago dice que los pesimistas son los únicos con intenciones de cambiar las cosas, pues el resto está encantado con lo que hay. Benedetti dice que un pesimista es un optmimista bien informado.
Así que realistas creo yo.

Un abrazo

Noelia A dijo...

José, sep.

Saludos

Lluvia azul dijo...

Mi queridisima Noelia, leer tu relato es màs que contundente y depresivo. Saber que estoy inmerso en un sistema educativo pèsimo, tengo de vecinos algunos maestros que solo buscan excusa cualquiera para levantarse en huelga y pedir aumento. Me faltan leer completos a los autores que mencionaste, siento que para la carrera de literatura es fundamental. Reabrì un blog nuevo, necesito que visites por ahì y me enseñès, publicarè algo nuevo cada jueves. Te lo agradecerè, mientras tanto irè a leer lo que me falta. Un beso.

pd: No sè porquè me figuro que el espacio narrativo se tornaba eterno e impreciso.

Noelia A dijo...

Peke, un gusto saber de vos. En este declive hay culpas compartidas por todos los flancos, es un tema social.
Iré a tu blog a ver qué nuevas traés. Si, lo autores mencionados son el basamento de distintas disciplinas, lo que te diría es que empezaras primero con una libro introductorio. Ya te diré en tu blog.

Un beso

Raymunde dijo...

Así de mal van las cosas: a mí me toca corregir la ortografía y la puntuación de mis compañeros de trabajo... Lo más triste: la extranjera soy yo, no ellos...

Abrazo