tag:blogger.com,1999:blog-15965692910153313402024-03-13T12:27:41.294-07:00De todo un pocoNoelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.comBlogger189125tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-44504935422318068802023-12-20T21:05:00.000-08:002023-12-22T18:15:54.284-08:00Papá Noel<p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">Papá
Noel entra a la tienda. Camina con el aplomo del marinero que recién desembarca
y siente el suelo inestable. Un borde de barro rodea sus botas, deja reguero. Es
petizo, panzón, tiene nariz redonda y una rajadura en los lentes. No transpira,
no está siquiera sonrojado. Las miradas le caen indiscretas. Se acerca mucho
para leer los precios, se arquea hacia atrás para compensar el peso de la panza,
se tironea la barba. La crisis revienta al país, por lo que ver a alguien llenar
carros genera estupor. Los va acomodando en fila repletos de juguetes, ropa,
útiles escolares, indumentaria deportiva, celulares. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">Una de
las empleadas lo aborda:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">—Señor,
¿usted va a pagar todo eso?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">Es una
pregunta retórica, casi una advertencia, ante la que el hombre reacciona
levantando las cejas y frunciendo la boca.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">—¿Y
usted qué cree? Este polirrubro es privilegiado, voy a comprar todo el stock, nada
más necesito clasificar un poco.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">Señala los
carros y hace un círculo con el índice, mira a la encargada con diversión, como
si conociera el libreto. Vamos, como si la hubiera tratado antes. Se rasca la mejilla
metiéndose los dedos en la barba, lleva la otra mano al ciático.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">—A menos
que usted quiera que me vaya. Este año salió sorteado este pueblo, señorita. Me
vine desde allá. —Señala el norte.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">La cara
de la chica es un poema. El anciano combina carisma con poder de persuasión, es
irresistible y está consciente de ello, lo presume con descaro. Es una abuela
diciéndole al nieto: ¿pastelitos o buñuelos? ¿O querés churros con chocolate, corazón?
¿Helado? Sé que te puedo comprar, decile a la nona lo que querés.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">—Ah —dice
ella. Deja la boca abierta y él le sonríe achinando los ojos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">—A veces
llaman a la policía —asiente él—, en esos casos volvemos a sortear, sale otro
pueblo y listo. A veces un barrio de ciudad. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">La
empleada ha bajado un poco la cabeza y lo estudia con estupefacción. Un nene se
zafa de los brazos de la madre y corre hacia él. Le tira del saco con ansiedad,
le pide un perrito. Papá Noel extrae un <i>post
it</i> del bolsillo y escribe. Es un vale. Vale por un perrito. Le indica que
lo enganche al arbolito el veinticuatro a la noche, pero la madre interrumpe y
se lleva al hijo de un brazo. El nene se deja arrastrar con obediencia, tiene
el papel aferrado y un brillo de fascinación en los ojos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">—¿Puedo
seguir, querida?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES"> —Si va a pagar todo —vacila la encargada—, supongo
que sí. ¿Va a abonar con débito, crédito o en efectivo? En efectivo tenemos diez
por ciento de descuento.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="ES"> La boca de él se vuelve una línea fina rodeada de
surcos de nieve que forman un cielo de Van Gohg.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">—Crédito,
Laurita.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">—¿Cómo
sabe mi nombre?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">El
hombre tuerce la boca, cómico. Apunta a la identificación que cuelga del
uniforme de ella. Eso parece tranquilizarla, convencerla de que todo va bien,
de que capaz es un millonario de esos que enloquecen porque lo tienen todo y nada
los saca del aburrimiento. Tal vez uno de esos filántropos que necesitan desprenderse
de la plata porque hicieron un retiro budista o porque quieren que el dios
cristiano les perdone sus trastadas. Y por qué no dejarlo hacer el bien,
después de todo, si va a pagar.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">—Faltan
quince días para Navidad y hace calor —comenta ella, evaluando la apariencia
del desconocido. Se fija en el gorro grueso, en la finura del cabello, en el
insólito aspecto del iris, que parece esculpido en labradorita, en las escamas
tatuadas que se traslucen debajo de algún maquillaje ahí en el cuello, donde ya
inicia el tapado de fieltro rojo. Hay algo en él que no encaja, pero no logra distinguir
qué.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">—En
pocas horas todo va a costar el doble. En quince días será el horror —explica
él—, lo vi en el oráculo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">—Ah.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">Laura
Fernández mueve afirmativamente la cabeza, le da el visto bueno y se retira. La
gente vigila de soslayo la figura extravagante, su porte seguro, su caminar
descoordinado, su proceder absurdo. En dos horas Papá Noel llena todos los
carros libres y los dispone como vehículos en un estacionamiento. Como tienen el frente más angosto, forman un semicírculo. Lo que sigue entonces
solo lo recordarán las cámaras de seguridad y el niño con el vale del perrito,
pero de las cámaras nadie se fiará, por todo esto de las IAs, y al chico los
padres no lo dejarán hablar.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">Papá
Noel mira los changos, satisfecho, y la cola de gente comprando pequeñeces,
cuidando el billete. Se arquea hacia atrás, se acaricia la panza como una
embarazada y empieza a tararear una canción. La gente lo contempla con reticencia
al principio, ven en su compra masiva un acto de ostentación, algo
definitivamente sórdido, pero la canción resulta cálida y dulce, ablandadora. Así
que él sigue parado examinando la muchedumbre y tarareando con parsimonia, de a
poco eleva el volumen y su voz se va tornando aguda y modulada. Sugestiva.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">—¿Qué
canta? —le pregunta una señora.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">—Kulning
—responde sin más.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">Ella se
repliega al ver que al interrumpirse el anciano no recupera el tono natural.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">—Da
miedo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">El
hombre extiende una sonrisa compasiva. Reanuda el canto suavemente. Alza más el
volumen y se mueve con swing mientras se tuerce hacia atrás como quien acumula
aire para soltarlo con fuerza. El lobo que tumbará la casita de los cerditos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">Canta con
gracia por un buen rato y la gente va deteniéndose a escuchar. Se va
congelando. Cuando sube más los decibeles las personas se vuelven a mover. Dejan
su carga y agarran un changuito del estacionamiento, colmado, lo llevan a la caja. Cada cliente paga uno, lo
saca a la vereda, lo baja por una rampa y descarga su contenido en un acoplado de
quince metros de largo que dice en un costado Santa Claus y en el otro tiene un
logo como el de Starbucks pero con un tritón. Sumisos igual que si hubieran
tragado burundanga llenan todo el espacio y aseguran el remolque con lonas y
cuerdas. Después, como si nada, reingresan al local, a su lugar en la cola, a
su carro, a su cesta. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">El viejo
disminuye gradualmente la estridencia del canto hasta quedar en silencio y la
actividad cotidiana se restaura. Los clientes retoman las conversaciones en el
punto en que las suspendieron, los cajeros continúan el cobro, los repositores
hallan los anaqueles vacíos y descienden al sótano donde los recibe el desabastecimiento.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES"> La encargada lo despide con un movimiento de
cabeza. Él levanta la mano para saludarla y ella aprecia otro tatuaje de
escamas incrustado en la muñeca. Le parece original, hiperrealista.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span lang="ES">—Gracias
por su compra —le dice, aturdida.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
<span face=""Calibri","sans-serif"" lang="ES" style="font-size: 11pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Él esboza un gesto como de tocar la flauta y se
evapora</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Calibri","sans-serif"" lang="ES" style="font-size: 11pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br /></p>
<p xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">Este trabajo tiene la licencia <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/?ref= selecter-v1" rel="licencia noopener noreferrer" style="display: inline-block;" target="_blank">CC BY-NC-ND 4.0<img src="https://mirrors.creativecommons.org/presskit/icons/cc.svg?ref=chooser-v1" style="height: 22px; margin-left: 3px; n-vertical: text-bottom;" /><img src="https://mirrors.creativecommons.org/presskit/icons/by.svg?ref=chooser-v1" style="height: 22px; margin-left: 3px; vertical-align: text -abajo;" /><img src="https://mirrors.creativecommons.org/presskit/icons/nc.svg?ref=chooser-v1" style="height: 22px; margin-left: 3px; vertical-align: text -abajo;" /><img src="https://mirrors.creativecommons.org/presskit/icons/nd.svg?ref=chooser-v1" style="height: 22px; margin-left: 3px; vertical-align: text -abajo;" /></a></p>Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-21980455868916623372023-12-15T15:02:00.000-08:002023-12-22T18:33:10.014-08:00Escuinchi<p> </p><div style="text-align: justify;"> <span style="color: #b45f06;">En la cola, un nene pide que le compren un escuifi. No sé lo que es un escuifi, pero sigo su dedo hacia una cesta llena de bultos de colores y leo <i>Squishy</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"> Solo hay dos cajas habilitadas y estoy en la primera. Al ingresar al local me topé con un anuncio: Por la situación económica los productos no tienen precio en góndola: consulte en Caja 1. Vine por tapers. Encontré de tantos tamaños, colores y calidades que agarré uno de cada cual. No preví un canasto, así que hago malabares para que no se me escapen. Cada tanto, alguno se resbala y me agacho sin inclinarme para evitar tirar el resto. La Caja 1 desborda. La Caja 2 es peor.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"> El calor se incrementa por la proximidad de los cuerpos. La criatura hace berrinche y se cuelga de la ropa de sus padres. Hay tres antes que yo, llevo media hora esperando. Metieron mi cartera en una bolsa de lona y le abrocharon un <i>tag </i>de alarma, algo habitual, el tema es que me dejé el celular adentro y suena a cada rato. Estoy segura de que es mi padre, él no parará hasta que conteste. Hace minutos, una mujer cortó la cola para que le quitaran el dispositivo porque tenía que atender. Esas cosas enlentecen la actividad, de por sí parsimoniosa. Por fin avanzamos, le toca al matrimonio que me antecede. La suerte quiere que el nene se ponga a traer juguetes para pasar por el láser. Este, mamá. Este otro, papá. Ya sé, ya sé, quiero este.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"><span> </span>Los padres finalmente deciden que solo el camioncito y la bendición se echa a patalear. En este momento descubro la cesta a mi alcance y palpo el <i>Squishy</i>. Los había visto, pero nunca los había tocado. Son blandengues, causan repelús y, al mismo tiempo, fascinación. Me recuerdan a la pelota <i>Miky Moko</i> de cuando era chica, aunque tienen menor densidad, son más flojitos. Yo también quiero un <i>Squishy</i>, pero la gata lo rompería en un santiamén y la perra se comería los pedazos. Ocho mil pesos la consulta veterinaria.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"><span> </span>El cajero agradecería que Ganesha le donase un par de brazos. En el intento de apurarse desparrama una pila de cajitas que dicen Marwal y que tarda una eternidad en recomponer.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"><span> </span>Por fin termina. El nene, fastidioso, se prende de las bermudas del padre y se las baja. El tipo reacciona rápido y caza al hijo del brazo como con ganas de ahorcarlo. Pienso que va a decir pequeño demonio, pero en lugar de eso chilla: ¡La re puta madre que te parió! La mujer le tiende una mirada de reproche.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"><span> </span>Ya en mi turno, libero mi carga sobre la superficie metálica. Se me acalambró un brazo. El cajero empieza a chequear los precios, un pip por cada taper. Decido llevarme cuatro. Me dirijo a la otra caja a pagar, con el mal tino de encontrarme con los mismos adelante. La mujer reta al chico por joder y al marido por gritar. Detrás de mí, la que abrió la bolsa para sacar el teléfono responde a un audio del novio. Mi celular vuelve a sonar, y vuelve a sonar, y vuelve a sonar. Maldigo la hora en que elegí un <i>ring ton</i> tan estridente, es el sonido de una armónica, un acorde que recuerda el <i>sound track</i> de las pelis del lejano oeste.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"><span> </span>La formación se mueve como bote en crema de leche, sinuosa, compacta. La temperatura se eleva a medida que se apiña más gente. De tanto en tanto, alguien interrumpe a la cajera y todos rezongan.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"><span> </span>Escucho a la chica de atrás grabar un audio: Salí del psico y pasé a comprar unas cosas. ¡Me tocó hacer cola dos veces! Más allá alguien despotrica que va a aumentar el dólar y que va a quedar el culerío. Que será atroz. Su tono es de revancha. Lo que sigue es una disputa entre partes que consiste más o menos en endilgar culpas, algo que se mueve como la pelota del ping pong pero que tiene fanáticos como en el fútbol y animales como en el zoo. El viejo, que se parece a Popeye el Marino, dice <i>que se jodan por haberle votado.</i> Yo me pregunto en dónde se solicitará la constancia de no haberle votado para no joderse.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"><span> </span>El matrimonio se retira y se los ve discutir en la vereda, el nene llora en el suelo, quiere la masa fofa que parece sapo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"><span> </span>—Si paga de contado tiene diez por ciento de descuento —me informa la cajera.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"><span> </span>Guardo la tarjeta en el sobre de neoprene y saco los billetes. Ruego que cierre la operación antes de que el dólar pegue otro salto de canguro. Abono con dos de mil mientras escucho el audio que el novio le envía a la que está a mi espalda. Dice: ¿Cómo que te fuiste de hocico atrás de unas copas? ¡Qué me decís! ¿A esta hora? ¿Quién te tocó la cola dos veces? ¿Vos me estás jodiendo a mí?</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"><span> </span>Caigo en que no grabó. No, claro que no grabó, pulsó el micrófono más chico, el que transcribe. Recuerdo la actividad de <i>machine learning</i> en la que participé, el algoritmo que ponía por escrito los audios. Bastaba que el hablante aspirara un poco una ge, se comiera una ese o bajara la voz en algún tramo para deducir cualquier verdura. Peor si había voces de fondo. Empiezo a reír. Me cubro la boca. No puedo disimular, es esa carcajada retenida que quiere reventar como una ampolla. La cajera, que ignora el contexto, me mira con sorpresa mientras me da el vuelto. Así que manoteo el ticket y la bolsa y me largo. Agradezco que el sonido del celular cubra la risa que me ataca como si me hicieran cosquillas. Me muerdo el labio hasta que duele, pero es que se fue de hocico atrás de unas copas, ¡y le tocaron la cola dos veces!</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"><span> </span>Afuera, la madre del crío se cansa, le da en el traste y lo mete de prepo al auto. Se va de hocico contra el asiento, pienso. Qué escuinchi ni una mierda, me pudriste, remata ella.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"><span> </span>El calor agobia, causa un sopor envolvente, húmedo, que parece presionarla a una contra el suelo, como si la Tierra hubiera crecido y la gravedad actuara en consecuencia. Recuerdo los hectopascales del pronóstico meteorológico. Eso debe ser. ¿A cuántos estaremos hoy? El cielo se tapa y el viento norte fustiga los lapachos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"><span> </span>Se fue de hocico tras unas copas. Las bacanales, un poroto. Terrible la injerencia de Baco. Caramba, qué adicción. Capaz así surgió el ditirambo. Otra vez me arremete la risa de porquería. Dejá de reírte en la calle, loca de mierda, me reto. Pero la risa se vuelve acicate. Imagino el irse de hocico y es incontenible como la réplica de un sismo. Así que me concentro en el dólar, en lo que dijo el hombre, en lo que viene diciendo la gente. ¿El dólar aumenta o el peso baja? El peso se va de hocico.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"><span> </span>Las bacanales sin vino se vienen. Nos tocan la cola dos veces. Eso. Nos arrojan al asiento de atrás, ¡y sin escuinchi!</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06;"><span> </span>Llego a mi casa y el dólar se fue a ochocientos.</span></div>Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-65505332973459893372023-11-06T13:29:00.007-08:002023-11-22T14:50:45.432-08:00Mucho ruido<div style="text-align: justify;"> <span style="color: #b45f06; font-size: medium;">Lo único que habían podido armar eran unas balsas rudimentarias, de pura caña y fibra de coco como las de Tom Hanks cuando partió con Wilson. La cosa no daba para más. La fuerza del océano empujaba las balsas endebles, era inútil cualquier diligencia. Luego de unas semanas, empezaron a aparecer los botes. No se sabía si habían partido después o si venían de otro sitio, pero les daban alcance y la gente a bordo miraba con desdén y clamaba: <i>Hay que remar, hay que remar, si no se rema no se llega a ninguna parte.</i></span></div><div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06; font-size: medium;"> Tanto desde las balsas como desde los botes se pescaba para comer y se reservaba agua de lluvia en recipientes reutilizados. Pero los de los botes contaban con remos y al poco tiempo sacaron distancia. Uno que otro balsero se había querido subir a un bote y no lo habían admitido: <i>para venir acá tenés que remar.</i> El balsero había jurado remar y le objetaron: <i>si remaras no estarías en una balsa.</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06; font-size: medium;"><span> </span>Así que algunos hacían remos de sus manos, cosa que resultaba en luxaciones y poco desplazamiento. Otros habían quitado fragmentos del extremo de la plataforma para usar de propulsores. A algunos se les había estropeado el encañado y habían tenido que subirse a balsa ajena. Existían los que enloquecían, se ponían a dar chiflidos que emulaban la bocina de un buque.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06; font-size: medium;"><span> </span>El mar estaba revuelto y se veía, a lo lejos, una ola en aumento, de a poco, terrible. ¿Era un tsunami? No sabían. Los balseros ataron su flota con un cordón a sus muñecas y aguardaron el colapso. Resultaba difícil pescar en esas circunstancias. Algunos rezaban con ahínco, otros maldecían a los de los botes. Los de los botes, más lejos, acusaban a los de las balsas de haberles robado las anchoas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06; font-size: medium;"><span> </span>Un carguero industrial pasaba orondo, ajeno al despelote, empeorando el oleaje.</span><span style="color: #b45f06; font-size: medium;"><span> </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06; font-size: medium;"><span><span> </span>E</span></span><span style="font-size: medium;"><span style="color: #b45f06;">n medio del desastre se distinguió una forma. </span><i style="color: #b45f06;">¿Es un barco?</i><span style="color: #b45f06;"> exclamó un balsero. </span><i style="color: #b45f06;">Sí, sí, un transatlántico.</i><span style="color: #b45f06;"> Se agrandó, majestuoso, hasta quedar en medio del balserío, alto e imponente. A varios metros, en cubierta seca, se asomaba la multitud. Los de los botes estaban ahí, mezclados, miraban. </span><i style="color: #b45f06;">Por culpa de ellos,</i><span style="color: #b45f06;"> decían.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06; font-size: medium;"><span> </span>Uno, desde la proa, tendió una cuerda de auxilio. Los balseros se alejaron braceando a todo pulmón, intentaban vencer la succión. Nadie tomó la cuerda. Hubo algunos de ellos angustiados como el que ofreció ayuda que gritaron: <i>¡Es el Titanic! </i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06; font-size: large;"> Pero había mucho ruido.</span></div></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #b45f06; font-size: medium;"><br /></span></div>
<p xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#" xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/"><span property="dct:title">Mucho ruido</span> by <span property="cc:attributionName">Noelia Antonietta</span> is licensed under <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/?ref=chooser-v1" rel="license noopener noreferrer" style="display: inline-block;" target="_blank">Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International<img src="https://mirrors.creativecommons.org/presskit/icons/cc.svg?ref=chooser-v1" style="height: 22px; margin-left: 3px; vertical-align: text-bottom;" /><img src="https://mirrors.creativecommons.org/presskit/icons/by.svg?ref=chooser-v1" style="height: 22px; margin-left: 3px; vertical-align: text-bottom;" /><img src="https://mirrors.creativecommons.org/presskit/icons/nc.svg?ref=chooser-v1" style="height: 22px; margin-left: 3px; vertical-align: text-bottom;" /><img src="https://mirrors.creativecommons.org/presskit/icons/nd.svg?ref=chooser-v1" style="height: 22px; margin-left: 3px; vertical-align: text-bottom;" /></a></p>Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-8298480661290433922023-09-25T16:38:00.006-07:002023-09-25T16:38:58.262-07:00Luz <p> <span style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;">Una tarde en que el calor no la dejó dormir la siesta, mi abuela se puso a decirme que no todas las personas tienen lucecitas en las puntas de los dedos. Fue un episodio atípico, de esos en que me sentía importante porque un adulto se tomaba el tiempo para explicarme algo complejo.</span></p><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><span style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;">—Algunas personas—empezó entonces— son como la luna, reflejan la luz como un espejo.</span><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><span style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;">Estaba agitada, algo ofendida. El calor le hacía rodar enormes gotas por el cuello y parecía que el temor de alguna cosa le hincaba los talones.</span><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><span style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;">Me senté a modo indio, como si me fuera a contar un cuento, y noté que se fastidiaba. Me esmeré en demostrarle que le ponía atención, así que le hice saber que me parecía bien que las personas reflejaran la luz como un espejo.</span><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><span style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;">—No me estás entendiendo—replicó, mientras se pasaba un pañuelo de tela por la frente.</span><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><span style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;">Titubeó un rato buscando quizás la forma de decir lo mismo con otras palabras o considerando la posibilidad de quedarse en silencio. Miró mis ojos, mi pelo, los Rasti desparramados por el piso. Se resolvió por fin, con esa manera tan suya de mover las manos:</span><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><span style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;">—¿Viste los sapos? Van a la luz.</span><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><span style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;">Pensé en los sapos en el campo, reunidos debajo de los fluorecentes, estirando sus lenguas como chicle hacia la horda de insectos ávidos de estamparse contra el foco.</span><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><span style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;">Observó mi cara, mi actitud de haber atrapado algo pero no saber qué. Se levantó con trabajo, me indicó que no hiciera bulla porque el abuelo dormía. Después se fue bufando hacia la cocina.</span><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><br style="box-sizing: inherit; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;" /><span style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;">Ese día tiró muchos álbumes y fotos.</span><div><span style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: 17.3333px;"><br /></span></span><div><span style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: 17.3333px;"><br /></span></span><div><span style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: 17.3333px;"><br /></span></span><span style="font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 17.3333px;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="31" data-original-width="88" height="31" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0UV0AVmZY48h9syvbSUnAqRn7cxpBG1NPUBszPn6m6S3RiL3Ug3LAKVTGvrA7xMgxxCPmk6jtYJb3r3IGufbhHPOjaG-S78gfT-bkrl8kexYUUHTPApBCIAUHFXO4KabLVbVJSM8O-uspup7cIbiQEME7C9Df6v2h5AnGXDZF0eKnSfmbxryEaneA5mU/s1600/88x31%20(1).png" width="88" /></a></div><br /></span></div></div></div>Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-67499889127398454852018-03-27T21:18:00.002-07:002018-03-27T21:21:10.065-07:00Repartirse<div style="text-align: justify;">
Hoy miré el agua del río y pensé que algún día el polvo de todos correrá por él. Algún día todo se desintegrará y terminará en el agua del río, y todos terminaremos mezclados, solidarios a la descomposición y la compensación del suelo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ayer removían tumbas en el cementerio, en la parte vieja, nichos que hace siglos nadie visita. Tiraron abajo las lápidas, vaya a saber qué hicieron con los restos. Restos, algunos anónimos, ya que la placa de metal que contenía el nombre se desprendió hace tiempo o fue robada por el valor del bronce o del cobre.<br />
Entonces, pensé, esa gente ya debe haberse vuelto polvo, debe haberse reintegrado al ecosistema, debe ser aire, tierra, agua. Derribada por el olvido o por la falta de descendientes que paguen ha salido del único cubículo que la separaba de todo lo demás. Debe correr por el río hecha nada, y a la vez todo.<br />
Una buena forma de estar en todos lados y en ninguno: volverse polvo. Repartirse.</div>
Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-49443473685360742112018-03-10T15:10:00.000-08:002018-03-10T15:10:02.371-08:00El monstruo<div style="text-align: justify;">
<i>(Alguien pidió que regresara este relato al blog. Ahí va )</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El viento no lo dejó encenderse el cigarrillo, su acompañante quedó pasmado ante el caos que se desataba sobre la montaña. Se acercaba un núcleo con múltiples trompas, cada una de las cuales generaba un huracán cuando tocaba tierra. Juan Cruz se acariciaba el mentón:</div>
<div style="text-align: justify;">
―Si todo lo que existe está en nuestra mente ¿cómo es posible que vea algo en lo que no creo?</div>
<div style="text-align: justify;">
Rodrigo no le contestaba, ni siquiera había logrado entender lo que había dicho. La parálisis de su cuerpo no era de confusión, sino de miedo. Juan Cruz prosiguió:</div>
<div style="text-align: justify;">
―Creo que no existe, creo que es mi mente tratando de engañarme, porque todo lo genera la mente ¿no es así?</div>
<div style="text-align: justify;">
En ese momento, una lengua huracanada levantó al vehículo estacionado en la orilla y se lo tragó luego de darle dos tumbos sobre el pavimento. Apenas podían estar parados y el terror de Rodrigo empezaba a destrabarle los músculos ateridos.</div>
<div style="text-align: justify;">
―Tranquilo, es cuestión de imaginar algo ameno―sostuvo Juan Cruz―. Mira ahora, cierro mis ojos, imagino un arco ir…</div>
<div style="text-align: justify;">
Pero un látigo de viento se llevó al pensador junto con un inmenso ruido de latas, árboles y automóviles.</div>
<div style="text-align: justify;">
Una voz que venía del caos articuló: corre, corre para contarlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y Rodrigo corrió.</div>
Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-60562352085454644712018-03-01T21:41:00.002-08:002018-03-03T15:07:16.687-08:001<div style="text-align: justify;">
Llevo un buen rato pensando en un seudónimo y ninguno me convence. Preparo el mate, miro la mata de espinaca rastrera, miro al gato que me enfoca fijo, con ojos amarillos. Los gatos logran quitar la cotidianidad a cualquier cosa, con su mirada fija, expectante, vuelven todo sumamente relevante. Pero la tarde ha transcurrido lenta, a pesar de la curiosidad de los gatos y de mi ansiedad por encontrar un seudónimo. Muy lenta, como siempre que me abruma el dolor y me asalta la consciencia de las cosas inminentes.</div>
<div style="text-align: justify;">
Un mensaje, que hace dos años podría haberme alegrado el día, ahora cae en saco roto, y es casi una molestia, algo a lo que ni sé si responder. Hay quien deja correr el agua pensando que el agua estará siempre ahí.</div>
<div style="text-align: justify;">
"Qué querrás vos de mí", pienso. Pero respondo que bien, que gracias, que espero ande también estupendamente y que le mando un gran abrazo. No acodo ninguna pregunta.</div>
<div style="text-align: justify;">
Sé que no habrá mensaje de vuelta a menos que su empeño le haga saltarse mi evidente falta de interés.</div>
<div style="text-align: justify;">
Tomo un mate cargado y alguien viene a mi mente como un flash. Aprieto los ojos para perderlo. Es una persona que siempre está colándoseme, devolviéndome una sonrisa debajo de los sauces, allá en el arroyito. </div>
<div style="text-align: justify;">
A veces pienso que me he quedado suspendida en pequeños momentos diseminados a lo largo de mi existencia y que ya no estoy aquí, que ya no estoy más. Que en algún momento impreciso he dejado de existir y mi fantasma espera que algo o alguien, mágicamente, lo devuelva a la vida.</div>
Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-64981875468097449882016-12-01T08:07:00.001-08:002016-12-01T08:07:36.839-08:00yo que me espanté<br />
ando igual de peor<br />
o más de menos<br />
<br />
¡muestro las palmas<br />
antes de cerrarme!<br />
<br />
harta<br />
como pronosticaste<br />
<br />
hartazgo del tuyo<br />
cuando dijiste<br />
<i>la sed se aguanta mejor</i><br />
<i>sin gotitas de agua</i><br />
<br />
<br />
<br />Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-52993047142855411702016-11-26T16:11:00.001-08:002016-11-26T16:15:06.958-08:00ColorEscapo de su vista, pero sus ojos me persiguen por las góndolas. Sus pupilas recalan en el algodoncito que no me quité del brazo. Me caza de la muñeca, yo que le huyo como al viejo de la bolsa y se me engancha como la campera en la manija de la puerta cuando tengo prisa.<br />
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 11pt;">─</span>Te vi salir casi corriendo esta mañana.<br />
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 11pt;">─</span>Siempre salgo corriendo de esos sitios.<br />
Miro alrededor. No puedo zafarme sin tirar la canasta de las cosas, sin levantar miradas.<br />
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 11pt;">─</span>Soltame, nene<br />
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 11pt;">─</span>¿Qué color tengo yo en tu mente?<br />
Titubeo un rato, él balbucea la pregunta. Los ojos abiertos grandes. Repite. Espera. No sé si es tenaz o testarudo, o es muy joven. No sé si soy cobarde o precavida, o estoy vieja.<br />
<span style="font-family: "arial" , sans-serif; font-size: 11pt;">─</span>Rojo<span style="font-family: "arial" , "sans-serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">─</span>contesto, sorprendida.<br />
Lo veo sonreir. Poco sabe de mí. Nada sabe de mí.<br />
Mi miedo también tiene ese color. El color del algodón que no me quité del brazo.Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-28117371164152468322016-11-21T13:14:00.001-08:002016-11-21T13:14:28.210-08:00<br />
<br />
<br />
será que es tiempo de curarse<br />
aunque sea un poco<br />
¿puede la crisis<br />
ser una revolución?<br />
decís que hay algo más en mi llamado<br />
pero yo nada más quiero dar una vuelta<br />
solo que no acá<br />
¡no acá!<br />
vos me mirás con los ojos perdidos<br />
y no entendés<br />
<br />
no entendés que lo más pesado del dolor<br />
son las cadenasNoelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-37432641804510411582016-05-24T21:01:00.001-07:002016-05-25T01:50:49.660-07:00<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Alguien llama para decir que parte para Rosario a las doce, que será muy tarde para pasar pero que pasará igual y que me ponga una pijama bonita. Su voz me trae recuerdos mezclados, cosas que dejé por feas, cosas que me traje por mías, cosas que soy y que él conoce. A algunas personas les huyo porque ofician de espejo. Algunas personas, como el doctor C, saben quién soy y vienen a recordarme lo que quiero. Pero ahí estoy yo diciéndole que claro -sin ganas, con más miedo que entusiasmo-, diciéndole que por supuesto, doctor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Muchas veces el doctor C me dijo que dejara de llamarle doctor, que por favor le dijera C, y ahora que me oye no hace excepción, me lo recuerda a viva voz, y me dice que me va a traer una sorpresa. A mí ya no sé -después de tantas- si me siguen agradando las sorpresas. Así que me voy a la cama pensando que quizás bromea -y eso no es posible viniendo de él, pero me tranquiliza pensarlo- y que llamará por teléfono cuando vea el primer cartel que anuncia el pueblo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Tal como eso, el doctor C llama desde la ruta y me dice Noné. Solo él me dice Noné, por tanto hace valer su exclusividad repitiéndolo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 115%;">―Noné, ya estoy acá... Noné, Noné... en quince minutos te toco la puerta. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 115%;">Noné lo escucha, la respiración se le agita un poco y se ve envuelta en una nube de miedos que acaban de asomar, pero lo escucha y le dice que por supuesto, doctor. Noné ya ha tenido visitas del doctor C en otros tiempos. Son irrupciones cortas e intensas, como esos huracanes que en unos minutos lo revuelven todo. pero con la diferencia de que todo se genera sin violencia. C es pacífico y tranquilo, su arma no es el volumen o la agresividad sino la precisión. Es un espejo con alto poder balístico. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="line-height: 115%;">El doctor C no genera indiferencia. Si te </span><span style="line-height: 16.8667px;">adscribís</span><span style="line-height: 115%;"> a él estarás adicta y si dejás de verlo no querrás encontrártelo más.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Entonces ahí, Noné, yo y todos mis yo, se mueven hacia la puerta. El doctor C interpone un paquete con moño violeta y me dice Feliz cumpleaños. Tal como espero, dentro hay un obsequio que va conmigo, algo que él sabe que me gusta. Son detalles que le hacen a una sonreir, aunque sean las tres de la mañana.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">Le invito un café. Dice que sí, que bueno, y que si no le voy yo a dar un abrazo o qué. El doctor C me da un abrazo suave, de esos que no aprietan pero que te tienen bastante tiempo como para que su perfume se te impregne en la ropa.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="line-height: 16.8667px;">―¿Tiene congreso en Rosario?</span><span style="line-height: 16.8667px;">―pregunto, incómoda por sus ojos que se incrustan en los míos.</span></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Así es...</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Claro.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―¿Falta mucho para que me tuteés, Noné?</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">Nos reímos. Voy hasta la cocina y preparo el café, mientras lo escucho contarme la temática que trataron con el plantel de Córdoba y la planificación que hará con el equipo del hospital Alemán. Siempre me habla asi, como si yo entendiera todo, verdad es que de buena parte estoy enterada porque me lo ha referido con detalle, pero verdad es también que la terminología profesional suele dejarme al margen de todo entendimiento. Vuelvo con los cafés y unas galletitas y el doctor C me pregunta si no he vuelto al otro pueblo. Ahí está el espejo y su tentáculo. Y que no, que no he vuelto. Y que por qué. Así que como un resorte salto a preguntar cualquier cosa, cualquiera.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―¿Y usted cuándo era que cumplía los años?</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Bueno... Noné, no me creo que no te lo acuerdes...</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">El 7 de septiembre, claro que sí.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Verdad, doc, hablemos de otra cosa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">Con él no puedo mentir, no puedo usar subterfugios. Él te amaestra para eso. La honestidad, siempre.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Ya con el usted y el doc me ponés un muro como el de Berlín, sabés. Pero está bien, no tocamos más el tema.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">Es inútil con él. No necesita tocar un tema, hace que el tema nos toque. En vez de ir directo rodea el asunto, y en el rodeo lo cerca con una cuerda. Después solo le resta tirar. Tira y ahorca el tema sin siquiera tocarlo, desde la periferia.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Usted pue...</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Vos.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Vos... Vos podés tocar un tema sin tocarlo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">El doctor se ríe, a veces me pareció descubrir en su mirada una suerte de esperanza, una expectativa, como si aguardara que yo le hiciera alguna devolución, que yo efectuase con él lo que él conmigo. Que yo fuera su espejo. </span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">Pero yo soy el colmo del relativismo. Nada es así o así en mi cabeza, a tal punto, que difícilmente podría encasillar una conducta suya sin sentirme errada. Pero así, silenciosa, se me cruzan las palabras: <i>usted quiere lograr con los demás lo que no puede lograr con usted mismo. Y lo que es peor, quiere que se lo digan.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―¿Qué más puedo hacer, Noné? A veces pienso que nadie ve los hilos, que no se dan cuenta, trato de que todo sea espontáneo, sabés.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Lo espontáneo no se trata.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">El doctor levanta ambas cejas. Algo de mí le resulta nuevo y tengo su atención desbordada. Sus ojos son como escarapelas. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Quisiera que no se notara. Que la gente pudiera irse sin darse cuenta de que estuvo en una consulta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="line-height: 16.8667px;">―Los pacientes no tenemos la culpa de darnos cuenta</span><span style="line-height: 16.8667px;">―suelto, con algo de rencor, un rencor que no va dirigido a él, pero que ahí está de todos modos.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><span style="line-height: 16.8667px;">―Cuando te fuiste me di cuenta que yo también necesito terapia, Noné</span><span style="line-height: 16.8667px;">―dice.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">Entonces hay un silencio. Un silencio tremendo que ninguna cosa rompe, porque a esa hora todos duermen y porque esto es un pueblo. Así que el doctor C se dio cuenta gracias a mí que él necesitaba terapia. O, mejor, se dio cuenta gracias a mi ausencia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "calibri" , sans-serif;"><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">Pero cuando levanto mis ojos hacia los suyos, algo desconcertada, el doctor C pregunta algo que ya sabe y yo le sigo la corriente.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Al final, ¿cuántos años es que cumplis?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Treinta y cinco... ¿Y usted?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Cuarenta y cinco.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Ajá, sí, ya sé...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Sí, yo también.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">Abro la cajita con el perfume, un perfume exquisito que no recordaba haberle contado que me gustaba. Tengo un vacío en la panza. No quiero comentarle, porque no se puede. No. No se puede decirle al doctor C: <i>odio que vengas ¿para qué venis? Luego necesitaré terapia y vos no vas a estar. Necesitaré terapia porque no estás.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">El doctor C trata de meterse en mi pensamiento, pero no puede. Me agarra de las manos y me dice que cualquier cosa no dude en llamarlo. Que por favor lo llame, siempre. Yo le digo que claro, que por supuesto, y le suelto una sonrisa que trato de que sea espontánea... Pero lo espontáneo no se trata.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Me esperan a las ocho. Me gustaría contarte cuando pase,a la vuelta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">Está diciendo que pasará a verme cuando esté de regreso a Córdoba, ya que este pueblo le queda de pasada. Yo solo puedo decirle por supuesto, doctor, y eso le digo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">―Por supuesto, C.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">Él se alegra porque lo tuteo y yo sonrío porque sé que no significa nada. Pienso en el perfume y unos pijamas a lunares como los que él tenía la mañana que le caí a la casa. Unos pijamas celestes con lunares blancos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif; line-height: 16.8667px;">Luego me besa en la frente y aspira mi cabello, dice que me cuide, por favor, y que tratará de dejar de tratar de una vez por todas. Que la próxima vez le va a salir mucho mejor.</span></div>
<span style="font-family: "calibri" , sans-serif; font-size: 14.6667px; line-height: 16.8667px;"><i><br /></i></span></div>
<br />Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-66937454755566144682016-05-22T09:20:00.000-07:002016-05-22T09:20:04.079-07:00pareidolia<span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 18px;">ardor de melón en los labios</span><br style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 18px;">hay</span><br style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 18px;" /><span style="background-color: white; color: #1d2129; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 18px;">sangre de manzana</span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #1d2129; display: inline; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 18px;"><br />goteando de la ducha<br /><br />los domingos son esta cosa<br />sin nombre<br />este paréntesis<br />mezcla de lo que es<br />y lo que no es<br />aunque lo sea<br /><br />yo quiero que tus ojos<br />sean pupilas de veras<br />y no camuflaje<br />en el lomo de un insecto</span>Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-5451028256821123822016-05-08T15:56:00.002-07:002016-05-08T15:56:24.840-07:00sos el aire que retorna<br />
cuando mueren los vientos<br />
<br />
sos mi amuleto mental<br />
<br />
sos la curita que le pongo<br />
al corazón<br />
cuando se rompeNoelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-57804813717235481812016-04-01T23:00:00.000-07:002016-04-17T23:45:02.511-07:00<div class="MsoNormal">
Hay una puerta con lucecitas que da a un jardín interno. Hay
unas sillas que son de mimbre pintado. Ahí me siento, y él me dice que me
quiere, que no importa qué, que me quiere aunque esté rota y más rota y peor
rota, y que si me caigo me levanta y que si me derrumbo me arregla y no sé
cuántas cosas que me resultan pretenciosas, moldeadas sobre algo que quedó
suspendido, algo que nunca fue una camisa, pero que su deseo almidona.</div>
<div class="MsoNormal">
Me asombra escucharlo. Si acaso su atracción es porque le
huyo, si acaso al darle atención se le pasara todo… entonces ese todo es la
nada misma. </div>
<div class="MsoNormal">
Yo estoy rota y él me quiere así, eso no deja de ser, con
todo, lo más admirable del mundo. Pero de muy intacto que está no lo quiero.
Tan intacto que parece que no hubiera vivido, que no tuviera vida. Tan celeste
que me cuesta. Tan vacío que las voces que lo rondan le retumban y le salen por
la boca. Dice que ama el olor a vainilla que hay en mí, de mis perfumes, dice
que son de caramelo avainillado. Yo pienso que ama lo que hay de mí en la
vainilla y que es muy fácil agradarle si cualquier cosa que diga será tomada
por buena. Sus ojos se iluminan como estrellas al mirarme. Sus pestañas
inocentes.</div>
<div class="MsoNormal">
Me dice que no fue idea de las chicas, que se coló. Que no
lo invitaron ni le dieron permiso. Sus manos mostrándome las palmas, sus ojos
abiertos, fijos en mí. No es de esconderse, nunca fue de esconderse. Por un
rato me quedo desarmada. Marcos. Su porte tan correcto. Su cabello tan lindo.
Sus ojos azules. Su capricho conmigo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pone su dedo tímido en mi hombro, desliza la yema hasta
mi codo, hasta mi mano y baja volando por uno de los dedos.</div>
<div class="MsoNormal">
―Tu piel es suave.</div>
<div class="MsoNormal">
Entonces me siento incómoda. Como si tuviera frío me abrazo los
hombros y clavo los ojos en una maqueta que pende en la pared del fondo. Ya me
estoy volviendo una cosa, siempre en su presencia: una cosa. Bonita, cosa.
Soy como la cosa que se queda quieta por cansancio. Soy como el comodín en el
que depositó aquello que quiere. La puerta cerrada, mi puerta cerrada, le
permite imaginar cosas adentro. Soy lo descosido
en un cofre de diamante pulido. Y nada más. De pronto se levanta, como
fastidiado. Me pregunto si tanto ha tomado en un rato. Busco mi copa y me acabo
el contenido.</div>
<div class="MsoNormal">
Ya empieza a dolerme la cintura y lo tiesa que estoy no
beneficia. Se arrodilla a mis pies, me agarra de las manos. </div>
<div class="MsoNormal">
―No puedo ser un chocolate con menta―dice, como derrotado―.
Quisiera ser como alguien que te guste a vos. Pero soy más
como un robotito de mierda, no como te gustan a vos.</div>
<div class="MsoNormal">
De un tirón me levanto. Miro hacia adentro. Como te gustan a
vos. Qué cosa va a decir después de eso. ¿Un robotito de mierda? ¿Cómo
diablos me gustan a mí? Los ojos de alguien a quien no puedo llamar se instalan
en mi mente, el olor de su perfume, la voz pausada. Contra mi voluntad y
conveniencia. La conveniencia, a ésa no suelo hacerle caso. La voluntad es una
flecha desatinada. Una canción deletreada en el oído se me viene, igual
que la parálisis, me empieza a congelar desde la periferia. </div>
<div class="MsoNormal">
Busco qué manotear
como si hubiera algo que detener a toda costa. Y lo hay. Manoteo un vaso que alguien dejó en el mostrador. La melodía
que suena afuera no puede tapar la de adentro y mis labios forman un nombre. </div>
<div class="MsoNormal">
Mi boca invoca un fantasma.<o:p></o:p></div>
Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-25400563041435780862016-02-14T08:15:00.002-08:002016-02-14T08:17:10.262-08:00te llamas al silencio<br />
como quien acumula agua<br />
para venirse con todo<br />
<br />
mira esta lluvia<br />
por no dejarse caer<br />
se estrella a pulmón<br />
contra sueloNoelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-76975707833996911082016-01-20T21:57:00.000-08:002016-01-20T21:57:59.507-08:00<div class="MsoNormal">
la noche está tan linda<br />
que no quiero dormir<br />
¿a vos te pasó?<br />
¿te pasa?<br />
no hay en el día estrellas<br />
no hay rocío<br />
no hay la tregua del calor<br />
no hay el silencio<br />
de cuando todos<br />
-o casi todos-<br />
duermen<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
un mensaje que llega<br />
es algo excepcional<br />
crea complicidad<br />
con esa otra alma en ascuas<br />
que no puede dormir<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
fundemos hoy el club de los insomnes felices<br />
trasnochados en vano<br />
dados vuelta</div>
<div style="background-color: white; color: #141823; font-family: helvetica, arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 19.32px; margin-bottom: 6px;">
</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-65527224909146613892016-01-12T09:18:00.001-08:002016-01-13T15:58:00.928-08:00<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
mis sueños
rotos no están
muertos</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
respiran por
la herida</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
cortan al que intenta acariciarlos</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
sé que el
espejo en que me observo</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
refleja al
que me mira </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
sé que tengo
el síndrome</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
del perro
con hambre </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
que ha sido envenenado</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
soy el
monstruo que prefiere</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
el llanto
franco a la sonrisa ajada</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
soy el
monstruo que tenés atado</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
-más
monstruo se vuelve </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
tras las
rejas-</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
no digas yo
no</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
los trapitos
existen porque no ven el sol</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
donde lavarse</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
y la hilacha
se vuelve hilacha</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
cuando se esconde</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
tan pronto
señala afuera la gente</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
lo que tiene adentro </div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
que a veces</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
hacen saltar
la risa</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-80102655197034277022016-01-05T16:07:00.025-08:002023-09-27T08:08:44.444-07:00El reservorio<blockquote style="border: none; margin: 0px 0px 0px 40px; padding: 0px; text-align: left;"><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Lena
temía bajar de la cama por las noches desde aquella vez que su pie había tenido
la desgracia de dar con un alacrán. Encendía una linterna para no perturbar el
susceptible sueño de su esposo con la luz del velador, e iba pisando dentro del
radio de suelo iluminado. Al principio, el temor había sido llevadero, nada que
la voluntad no dominara. Pero con el paso de las semanas el recelo se fue
intensificando y acarreó pesadillas e insomnio alternadamente. El médico le
prescribió bromazepam para el desvelo y sugirió flores de Bach para las
pesadillas. Las cápsulas lograban su propósito, pero los extractos de flores no
mitigaban los malos sueños.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Desde
que el bicho la había picado, soñaba con hordas de ellos subiendo por los
flancos del edredón, trepando por las patas de la cama, lanzándose desde la
pared y del techo. A veces la pesadilla consistía en saberse dormida mientras
uno se le introducía por la boca o por la nariz, bajaba por la garganta y le
cosquilleaba en el esófago. Los bichos solían morderle las entrañas,
internárseles en las orejas, empecinarse con sus ojos o brotarle del ano en una
alacranragia sin precedentes. En todas las oportunidades despertaba sudada y a
gritos bajo la mirada hastiada del marido.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—¿Qué
soñabas?—preguntaba él, con tono de regaño.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—Que
estaba paralizada y que los alacranes me espoleaban en el vientre.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—Vamos
a aumentar las sesiones del psiquiatra.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Eso
era todo. Después él retomaba el sueño y ella quedaba despierta por el resto de
la noche, a veces lograba dormir a intervalos, pero despertaba con sobresaltos.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Se
había comprado unas pantuflas de goma gruesa y un repelente de arácnidos que
friccionaba sobre su piel continuamente. Aldo la observaba escrutar los
rincones de la cocina, revisar con obsesión los recodos del jardín armada de un
insecticida, llenar la vivienda de cidronela y carrillones contra el mal sueño.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">No
quedaba ni atisbo de cucaracha alguna en el domicilio ni en sus alrededores. Lena
había leído que éstas constituían el alimento preferencial de su enemigo y se
había encargado de exterminarlas. También había desmontado la piscina y había
colocado redecillas en todas las bocas de alcantarilla, abrevaderos y desagües.
En las entradas y ventanas permanecía inviolable una plancha adhesiva para
escorpiones en la que de vez en cuando se atascaba un escarabajo.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Los
niños le tendían trampas para asustara, ataban trapitos descoloridos al extremo
de una tanza y se los pasaban por los pies o se los aventaban al rostro
repentinamente. Lena gritaba y parecía siempre sorprenderse de la premeditación
de esos ardides.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—Siempre
pensando bien de la gente, vos...—mascullaba Aldo, con una exasperación digna
del diván de un psicólogo.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Lena
no le decía nada. Se sentía culpable de la situación, sabía que estaba
paranoica y hacía todo lo posible por salir de tal estado. El psicólogo, un
tipo divorciado, de mentón retocado y de pelo largo atado con gomín, la
escuchaba hablar como quien oye llover. Ella soltaba la lengua de manera
impulsiva y contaba todo de corrido, casi sin puntos ni comas. Cuando levantaba
la cabeza lo descubría aburrido y tildado en un tic afirmativo.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—Siga
con las indicaciones del psiquiatra, un bromazepan a la noche y un rohipnol
antes de la siesta—indicaba el terapeuta, con el mismo ademán de la mano que
suelen hacer los curas cuando prescriben padrenuestros—. ¿Estás tomando el antidepresivo?</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—Sí,
doctor.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Salía
apesadumbrada del cubículo cerrado que era la sala de consulta. Meterse ahí era
semejante a volver al vientre materno, todo permanecía en una penumbra densa y
en un silencio apenas interrumpido por el discurrir del paciente. Solo que no
había ningún cambio, ningún renacimiento. Una pluma de paloma que cayera sobre
sus piernas mientras esperaba el autobús sentada en la esquina, un papel que el
viento remolineara fregándolo contra sus tobillos, una temeraria hormiga que se
subiera a su mano, el roce ligero de una cartera, cualquier cosa, en suma,
podía detonar un alarido.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Las
manos se le mojaban del pánico y un sudor frío le recorría el cuerpo cuando
alguien hacía mención del incidente con el alacrán. La jefa, en la oficina, la
miraba raro y escudriñaba todos sus movimientos. Cuando se levantaba rumbo al
tocador, aparecía casualmente por el escritorio, hojeaba los papeles,
supervisaba los registros manuales y la computadora.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Lena
había recaído en la iglesia, después de unos cuantos años de ausencia se
persignó con el agua bendita de la cuenca de mármol de la entrada. El cura que
la confesó era viejo y estaba un poco sordo, así que ella tuvo que elevar la
voz, para complacencia del público que conformaba la cola. La gente abría los
ojos grandes y se reía al principio conforme evolucionaba la confidencia,
después comenzó a cambiar de pie, impaciente. El sacerdote casi la obligó a
retirarse, le ordenó un par de rezos diarios y, antes de despedirla
coercitivamente, le dedicó un artero y lacónico sermón acerca de los deberes
cristianos.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">La
fobia fue empeorando gradualmente, como todas las cosas, muy pocos asuntos caen
de golpe, aunque se quiera creer lo contrario. Lena empezó a distorsionar las
imágenes. Encima de las llaves del auto que manoteaba distraídamente, arriba de
los cojines del comedor, dentro del libro que abría por la noche, en el interior
de los calzados y hasta adentro de la heladera pululaban bichos rojos y
traslúcidos de cola erguida y amenazadora púa. El peor lugar era el sanitario.
Epicentro por antonomasia, el retrete. Afloraban de allí con la frecuencia de
un latido y con la afluencia del agua. Por eso pasaba penosas horas con la
vejiga hinchada, estirada al máximo de su capacidad contenedora. Llegaban a
escapársele chorritos de pis. Ya había aprendido a orinar de parada, sobre los
geranios de la esquina del patio o apenas agachada sobre un balde que luego
desaguara quién sabe dónde.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">El
culmen sobrevino un fin de semana cuando estaba en la habitación matrimonial.
Tomó los anteojos de la cómoda y, al querer ponérselos, sintió un pellizco en
el puente de la nariz. Gimió y la voz se le ahogó en una mudez repentina, el
corazón se le estrujó y le faltó el aire. Se sentía sudada y muerta de frío
cuando se atrevió a mirar al piso, venciendo la rigidez inicial. Dos alacranes
caminaban paralelos por la alfombra del cuarto, se dirigían a la puerta y
podían meterse donde quisieran. Quiso llamar, pero un ronquido asmático,
seguido por un silbido, fue todo lo que le emergió del pecho.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Al
ingresar Aldo al dormitorio la encontró estática señalando los lentes,
despatarrados sobre la alfombra y con un vidrio quebrado.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—¡Matalos,
matalos!—chilló, recuperada del mutismo.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—¿A
los lentes querés que mate, tremenda loca?</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Entonces
Lena entornó los ojos, hizo fuerza con los músculos de la cara, como si estos
intervinieran en la captación de las imágenes, y pudo advertir que en realidad
los animales no se movían, que estaban quietos y que uno de ellos tenía un
cristal roto.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Aldo
levantó los letales especímenes del suelo y trató de ponérselos a la
aterrorizada mujer, pero ésta los empujó lejos de sí. El vidrio rajado se
desprendió del marco y el otro se partió por el medio. Él rezongó por el
precio, como si tuviera que pagarlo, y agarró a su esposa del brazo.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—No
te está haciendo efecto la terapia, me parece...</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—No...</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—Necesitás
choque eléctrico.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Lena
lo miró como si le fuera totalmente desconocido, la tenaza de él apretó la
húmeda mano de ella, que se alejó disimuladamente en busca de un espejo que la
proveyera de evidencia contraria a la que le ofrecían sus poco confiables ojos.
Pero no son los espejos, ni las fotografías, ni las cámaras, ni los retratos,
los que pergeñan las imágenes, sino el oscuro proceso de la retina, miles de
células y neuronas recreando sinérgicamente la información que viajará hasta el
cerebro abordo de cientos de filamentos nerviosos.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—Qué
te pasa—recriminó él, por qué te alejás.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Lena
miró el suelo y lo vio rojo de alacranes. Se subió a la cama, completamente
desquiciada, dando gritos de horror. Los animales caminaban dificultosamente
unos sobres otros, constituían una marea creciente que pugnaba por desbordarse
e infestar todos los ángulos de la casa. Aldo había fruncido el entrecejo y no
dejaba de maldecirla.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Los
niños oyeron los alaridos y aparecieron, curiosos.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—¡Váyanse,
váyanse!—gritó ella, queriendo</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"></p><p><span style="font-family: arial;">protegerlos.</span></p><p></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Pero
él los retuvo.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—¡Miren
a su madre, loca como una cabra!</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Los
hijos salieron corriendo ni bien zafaron de las tenazas del alacrán más grande,
y se metieron a su cuarto y se pusieron a pensar.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—Choque
eléctrico, choque eléctrico—repetía absurdamente el líder de la cuadrilla,
mientras levantaba por encima de su cabeza una cola de mantícora que, de a
poquito, desenvolvía su aguijón, reluciente y filoso.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Lena
inició una serie de gritos desesperados, de esos que se oyen desde las casas
vecinas. Los niños se revolvieron nerviosos en sus butacas de computadora y,
después de la secuencia de aullidos desgarradores, incursionaron en la
habitación marital, asustados.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—¡Andate,
papá!—intervino el mayor, encarando a su progenitor con una asertividad de adulto.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Aldo
los apartó con el brazo mientras el rostro se le enrojecía de bronca. Cada vez
que no podía descargarse, una especie de escarlatina le teñía la cara, una
corriente eléctrica que no había conseguido cable a tierra le rebotaba dentro
sí, refractariamente. Sus hijos esperaban pacientes. La actitud que esgrimían
prometía la escolta gratuita hasta la puerta.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">Presa
de unas palpitaciones hoscas, desiguales, aplastó los lentes que estaban en el
suelo como si fueran una colilla de cigarrillo. Su mujer yacía arrojada en la
cama, en estado de shock, previendo el desencadenamiento de esa lividez cada
vez más cargada.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span lang="es"><span style="font-family: arial;">—Necesitás
choque eléctrico—repitió él, con un rictus de repulsión, mientras una descarga
le bajaba recta por la espalda, desde el cuello hacia el coxis, y se bifurcaba
en las piernas, estremeciéndolo.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial;"><span lang="es">Lena
se protegió con las manos, incoherente, pues las picaduras son letales en
cualquier parte del cuerpo. Pero la mantícora comenzó a bajar la cola, cada vez
más baja, cada vez más baja, hasta ponerla a ras del suelo. Asombrada, lo
vislumbró dar media vuelta. El séquito de alacranes lo rodeó en círculo </span><span style="text-indent: 14.2pt;">apiñándose
a su alrededor en un santiamén y formando una montaña que lo cubrió hasta la
cintura, como a un dios.</span></span></p></div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 12pt 0cm; text-indent: 14.2pt;"><span lang="es" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: arial;">Cuando
los niños cerraron la puerta cancel de la casa, Lena bajó a pies descalzos de
la cama y caminó restablecida por el corredor. Las cosas volvían a ajustarse a
su definición de objetos inanimados e inocuos y a su imposibilidad de moverse
por sí mismas. No veía ni un solo alacrán, él se los había llevado a todos.
Echó dos vueltas a la cerradura. Ahora sí, estaba segura, había encontrado el
reservorio.</span></span></p></div></blockquote><p><br /></p><p><br /></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="31" data-original-width="88" height="31" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihc_bKI5Ytq4s-x_5uPJpoZJN_AfiASEeQtFdXwTvJnDw1RKnOmGeVsOfHmIFBLtyOgqtInLnFKa7_JwRD3QgRcLS9NvDfjufAXxdA9Wr30ncuJl-hij_vkW_qVelrVwVoB4TgsE12nd9naLqxFU6TNYBzek1e04ThisuBwPUy8vDr4gA1Mvmjz_UXjpk/s1600/88x31%20(2).png" width="88" /></a></div><br /> <p></p><div style="text-align: justify;">
<p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;">
<p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;">
<o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="margin: 12pt 0cm; text-indent: 35.4pt;"><o:p></o:p></p>
</div><div style="text-align: justify;"><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin: 12pt 0cm; text-indent: 14.2pt;"><o:p></o:p></p>
</div>
Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-49275337889572015472016-01-05T14:22:00.000-08:002016-01-05T18:16:45.365-08:00lo correctoa veces lo correcto me ahoga<br />
y me imagino<br />
a lo correcto<br />
dándole guiso de desapego<br />
al shakespeare<br />
en vísperas de romeo y julieta<br />
<br />
a veces lo correcto<br />
me grita <i>bastate a vos misma,</i><br />
<i>aunque te falten pedazos</i><br />
<br />
tiene razón<br />
tal vez<br />
<br />
pero nunca le grita<br />
al que se lleva tus pedazos<br />
<i>bástate a vos mismo, cabrón</i><br />
al que te oprime<br />
<i>bastate a vos mismo, joputa</i><br />
al que te explota<br />
<i>bastate a vos mismo, ladrón</i>Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-81640933896380005912016-01-04T14:30:00.002-08:002016-01-05T14:30:58.799-08:00Lámparas<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
En el bar al
que entramos las lámparas de pie estaban suspendidas desde el techo, su base
agarrada sin plafón. Una de las mujeres sostuvo:<br />
―Somos nosotras las que estamos al revés.<br />
Otra le contestó:<br />
―Nosotras y los muebles, y los autos, y las casas...<br />
―¡Caigamos!―dije yo―.¡Caigamos!<br />
Y así fue como nos largamos, y se nos vino el mundo encima.</div>
Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-3009735327054240432016-01-03T18:23:00.003-08:002016-01-05T14:28:43.046-08:00Memoria<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
solo te pido
memoria</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
decís</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
como si ésa</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
no fuera una
condena</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
lo tuyo es
una sombra</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
proyectada</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
vos sin
memoria</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
hacés
recuentos</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
la escultura
de los galgos afganos</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
ya no la
recordás</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
los nombres
que les dimos</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
ayer caminé
por los pisos bonitos</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
de la
iglesia de columnas de colores</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
¿te acordás
que dijimos</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<i>lo sagrado
es el arte</i>?</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
¿te acordás
que salimos a la lluvia</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
como si el
techo no nos abrigara?</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
ayer
subí las gradas del museo</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
y toqué a la
pensadora</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
estaba tan
grande que me sentí pequeña</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
pero estoy
segura de que no ha crecido</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
no hay
palabras que devuelvan la confianza</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
corazón</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
no hay
palabras que devuelvan</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
lo perdido</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
tratá de no
degradar los recuerdos</div>
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
prologándolos
sobre las ruinas</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-9933034139864559492016-01-02T11:07:00.001-08:002016-01-05T14:28:43.061-08:00<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
no me preguntes a mí</div>
<div class="MsoNormal">
no hay cosa más obtusa</div>
<div class="MsoNormal">
que creer que yo sé algo<br />
de todo esto</div>
<div class="MsoNormal">
hacé lo que te salga del mate</div>
<div class="MsoNormal">
escribí</div>
<div class="MsoNormal">
lo que te empujen los dedos</div>
<div class="MsoNormal">
lo que te ensucie la tinta </div>
<div class="MsoNormal">
lo que te estornude el piano</div>
<div class="MsoNormal">
no hay normas que ofrecerte</div>
<div class="MsoNormal">
no tengas miedo </div>
<div class="MsoNormal">
si no se gusta o se disgusta </div>
es que estás muertoNoelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-14089470370517704122016-01-01T16:38:00.001-08:002016-01-05T14:28:43.037-08:00a veces<br />
los vampiros llegan a persuadir<br />
de que sus colmillos hacen transfusiones<br />
y de que éstas son indispensables<br />
para la supervivenciaNoelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-57812296040915451922015-12-26T19:44:00.000-08:002016-01-05T14:28:43.057-08:00<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Cielo estrellado es lo que miro. Cielo limpio que me camina encima
como hojas arrastradas por el viento, como patas de hormigas. Tu voz del otro
lado diciendo si no me he olvidado de tu voz. Preguntando estupideces como toda
gente culta. No, no me he olvidado de tu voz, ni de vos, ni de nada. Pero no lo
digo, se me queda en el trayecto que va desde la intención a las cuerdas
vocales. En ese trayecto hay unas ramas, lo juro.</div>
Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1596569291015331340.post-28681072324237542182015-11-29T18:24:00.004-08:002016-01-05T14:30:58.695-08:00Huecos<div class="MsoNormal">
Para pasar de la sala a la cocina sorteo el hueco. Es un pozo
que tiene un metro de diámetro, pero muchos kilómetros de hondura. Siempre se
posiciona delante de los pies de uno, no importa donde estés, es ubicuo. Se
desdobla en tantos huecos como gente haya, está en todos los sitios. Algunas personas
no lo esquivan, siguen recto y bajan por sus paredes para reaparecer horas después
por el otro lado. Es un hoyo que se construyó sobre otro hoyo, y ese otro se
resiste a coincidir en espacio y tiempo. Por eso alguna gente que esquiva el
hueco cae en el hueco. Los huequeros putean a todo el que baje al agujero
contrario, pero también al que esquive los dos. Si metés la pata en uno quizá
no te llamen de adentro pero seguro te empujan de afuera, para que te decidas. Ya no
se puede caminar en paz.</div>
Noelia Ahttp://www.blogger.com/profile/02865538658101209697noreply@blogger.com3