viernes, 9 de enero de 2015

no me apagues la luz
bebé
que yo no me oriento por los sonidos nocturnos
que imprime el movimiento
en los cuerpos y en las cosas

no me des una pizarra vacía
solo para multarme cuando apoye
por primera vez la tiza

y si te vas lejos
para salvarme de vos
tené en cuenta
que el destrozo del anzuelo
puede ser menor
que el que perpetra
la intención soterrada de arrancarlo

por último
y por descargo
no me hinques desde lejos:
sí, estoy viva
siento todo
la quietud es la última defensa

la única
si han caído las demás

1 comentario:

José A. García dijo...

Algunas veces, un susurro en la oscuridad es la mejor de las guías...

Suerte

J.