Hubo un día cruzadas de pulseada entre zurdos y diestros. Las Olimpíadas se llevaron a cabo en orden y sistemáticamente. El resultado fue empate.¡Tie!, gritó un norteamericano atónito montado en una silla alta desde donde se podía divisar todo el estadio. Era como el marinero que exclamó ¡Tierra! al llegar a Indias, sólo que no era Indias, pero habrá jurado por su vida que sí.
Se fueron a balotaje. Las dos partes enfrentadas entrenaron arduamente durante el break con rudas pesas de plomo y una fiereza inconmovible en el rostro.
Otra vez tie. Mil veces tie. ¡Tie! ¡Tie! y ¡Tie!.
Pero no aprendieron que así no se solucionan las cosas.
3 comentarios:
Bien! Buen micro, me gustó. Original y "funcional" a muchas circunstancias :)
Abrazo
Jeve.
Hay que aprender a dejar de hacerle caso a los yanquis. De ese modo el mundo estaría mucho mejor.
Saludos
J.
¿Qué pasó con el otro texto? ¿Lo quitaste?
Saludos
J.
Publicar un comentario