lunes, 4 de enero de 2016

Lámparas

En el bar al que entramos las lámparas de pie estaban suspendidas desde el techo, su base agarrada sin plafón. Una de las mujeres sostuvo:
―Somos nosotras las que estamos al revés.
Otra le contestó:
―Nosotras y los muebles, y los autos, y las casas...
―¡Caigamos!―dije yo―.¡Caigamos!
Y así fue como nos largamos, y se nos vino el mundo encima.

5 comentarios:

José A. García dijo...

Maldito sea el mundo, siempre complicando las cosas...

Un gusto volver a leerte...

Saludos

J.

Noelia A dijo...

José, drgaoncito de azúcar, un abrazo!

José A. García dijo...

Tiempo sin que nadie me llame de esa manera... Mucho tiempo.

Saludos

J.

Noelia A dijo...

:)

Pekejimenez dijo...

Estupendo, Noelia: intensidad, brevedad, buen remate e ironía se cumplen cabalmente en este relato. Me ha gustado.