sábado, 10 de marzo de 2018

El monstruo

(Alguien pidió que regresara este relato al blog. Ahí va )

El viento no lo dejó encenderse el cigarrillo, su acompañante quedó pasmado ante el caos que se desataba sobre la montaña. Se acercaba un núcleo con múltiples trompas, cada una de las cuales generaba un huracán cuando tocaba tierra. Juan Cruz se acariciaba el mentón:
―Si todo lo que existe está en nuestra mente ¿cómo es posible que vea algo en lo que no creo?
Rodrigo no le contestaba, ni siquiera había logrado entender lo que había dicho. La parálisis de su cuerpo no era de confusión, sino de miedo. Juan Cruz prosiguió:
―Creo que no existe, creo que es mi mente tratando de engañarme, porque todo lo genera la mente ¿no es así?
En ese momento, una lengua huracanada levantó al vehículo estacionado en la orilla y se lo tragó luego de darle dos tumbos sobre el pavimento. Apenas podían estar parados y el terror de Rodrigo empezaba a destrabarle los músculos ateridos.
―Tranquilo, es cuestión de imaginar algo ameno―sostuvo Juan Cruz―. Mira ahora, cierro mis ojos, imagino un arco ir…
Pero un látigo de viento se llevó al pensador junto con un inmenso ruido de latas, árboles y automóviles.
Una voz que venía del caos articuló: corre, corre para contarlo.

Y Rodrigo corrió.

3 comentarios:

Aelo dijo...

Y sí, cosas del pensamiento positivo y demás ¿no? :P En fin, prefiero hacer caso a mis ojos que al "imaginarme cosas", pero sabemos ambas, que eso siempre no es así.

Un gusto leerte, como siempre. A ver si te pasas por La Torre de la arpía

Un abrazo,
Aelo

Guillermo Altayrac dijo...

Esto es muy bueno.
Y muy bueno el remate.

Noelia A dijo...

Gracias a ambos por pasarse :)